Chicas como tú, con una mente tan interesante como el universo.
Alexander Alay.
Menos duermo, más pienso.
Más pienso, menos olvido.
Quizás deba anestesiar este insomnio.
Y vaya que sí, que efímera que es la vida ¿verdad?, que cruda y seca es la realidad, tan vil y cruel.
Que pesada es la cadena que tenemos que tirar, compuesta de penas, reproches y cadáveres de sueños ... Y que recuerdos tan agridulces de aquel glorioso y ahora distante tiempo, aquél que estuviste plagado de paz y plenitud, ese tiempo de luz y veraniegas tardes interminables, jugando y riendo en armonía con la mismísima madre tierra, esas tardes en las que el sol habría de teñir nuestra piel de un dorado que solo veíamos en el pan recién horneado de aquella pintoresca panadería de estilo clásico, y tan afable cómo la misma vida en aquel momento.
Que recuerdos de aquel tiempo lleno de eternas noches iluminadas por las mil y un luciérnagas danzando en el hermoso campo de flores que reposaba bajo la inmensidad del azul cielo y sus estrellas, mirándote a los ojos confesandote que ante aquél precioso cielo comparación alguna no hay...
Que tiempo aquel en el que podíamos contemplar en toda su plenitud cuando el día moría, cuando los amaneceres eran más claros y tranquilos, donde nuestra propia luz interior brillaba, donde la luz de la vela bailaba al son que la brisa le marcara, aquel tiempo donde la radio era la inovación y un columpio atado a un árbol nuestra única diversión.... ah, ¡Que tiempos! ....
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Tu perfume se quedó en mi almohada y en mi alma.
Quesito
Me maraville con tantas obras de arte, mas cuando te vi, esas cuatro vocales quedaron insignificante para descubrir tal belleza de tus ojos y lo dulce de tus labios, quede estupefacto por el brillo y la calidez de tus brazos.
Eres mas que una obra de arte y eso traspasa lo superficial, es tu color, el lienzo que escondes tras esa barrera de nostalgia.
-fugaz-lamento
“Eres el veneno y la cura; no hay nadie a tu altura.”
— Jesús Márquez García
Siendo un caos, tú brillas más que la magia.
"Una noche mientras deliberaba codo a codo con Monsieur Jean como se había vuelto costumbre, reparé en una presencia nueva. Un anciano pequeño, elegantemente vestido con un rostro vivaz e inteligente y un aire de tristeza inmediatamente perceptible. Estaba, como el resto de nosotros, solo... pero fue el primero en darme la sensación de estar profunda y verdaderamente solitario..."
Escritor ('The Grand Hotel Budapest' por Wes Anderson)
Solo quiero sentir paz de mis pensamientos que me suelen destruir